Cartas desde dentro

 

IVAN CASTAÑO RODRÍGUEZ

Centro Penitenciario Madrid V - Soto del Real
28 de abril de 2025

 

 

Hola,

Me llamo Iván Castaño Rodríguez, tengo 34 años y llevo ya dos años aquí dentro, cumpliendo una condena de cinco por tráfico de drogas. No voy a justificar lo que hice, fue un error grande. Pero eso no me hace menos persona. Por eso escribo esta carta, para que allá fuera nos vean como lo que somos: personas que se equivocaron, sí, pero que también tienen derecho a reconstruirse.

 

Vivir en una celda no es como en las películas. Es pequeña, gris, con dos camas y una ventana alta por donde apenas entra el sol. Mi compañero ahora es Saúl, un chico joven que entró por robo con violencia. Él apenas habla, pero cuando lo hace, te das cuenta de que está roto por dentro. Muchos aquí lo están.

 

Los funcionarios van a su bola. Algunos tratan de ayudarte, pero otros te lo hacen más difícil. Depende de su humor, del día, o de si les recuerdas a alguien que les cae mal. No son todos iguales, pero el sistema sí lo es: rígido, deshumanizado. Somos números, expedientes, no nombres.

 

Tenemos objetivos de tratamiento que se supone que debemos cumplir: asistir a talleres, tener buena conducta, evitar sanciones. Yo me apunté a uno de jardinería. Me gusta sentir la tierra en las manos. Es irónico, ¿no?, encontrar libertad en un puñado de tierra dentro de una prisión. También hago un curso de alfabetización digital, porque quiero salir de aquí sabiendo algo nuevo, algo útil.

 

Las peleas… sí, claro que las hay. Algunas por drogas, otras por orgullo, o simplemente por la tensión acumulada. No todos saben controlar sus demonios, y este sitio no ayuda. Hay noches que no duermes por miedo a que algo estalle en la celda de al lado.

 

Pero no todo es oscuro. He conocido a gente que quiere cambiar. Hombres que lloran en silencio cuando reciben una carta de sus hijos. Gente que se apoya, que te pasa un libro, que comparte lo poco que tiene. Aquí dentro, los gestos pequeños valen el triple.

 

A veces me pregunto si cuando salga alguien me dará una oportunidad. ¿Quién quiere contratar a un exconvicto? Pero aún así, no pierdo la esperanza. Me aferro a ella porque es lo único que no pueden quitarme.

 

Gracias por leer esto. Por mirar más allá del uniforme gris. Por intentar entender. No pido compasión, solo un poco de humanidad.


Con respeto,
Iván Castaño

 

 

 

 

 

¿qué puedes hacer tú?

Convertirte en voluntario/a Acompaña a personas privadas de libertad en su proceso de reinserción. Tu tiempo y escucha pueden transformar vidas.

Hacer una donación Ayuda a financiar talleres de formación, apoyo psicológico y necesidades básicas de internos sin recursos.

Compartir estas cartas en redes sociales Cuanto más se conozcan estas historias, más puentes tenderemos entre la sociedad y quienes buscan una segunda oportunidad.

Enviar tu propio mensaje de apoyo Puedes escribir una carta o mensaje de esperanza que será entregado a una persona interna. A veces, una sola palabra puede encender una luz.

Apoyar campañas concretas Participa en nuestras iniciativas de recaudación para becas, libros, kits de higiene o materiales de formación profesional.